domingo, diciembre 10, 2006

Minestrone (y Molibdeno, tras meditar un rato, lo aprueba) propone pedir ayuda a Pintillo Pilono



- Traigo los Papeles Negros, sí, pero Manubrio sigue en el Palacio Francés. Quizá se acerque su hora mala.
- Entrégaselos a Jayumi Fonollosa para que empiece sin perder un minuto a desentrañar sus secretos. En ellos está la clave para desterrar de este mundo los delirios torcidos de las huestes de Palacio. En cuanto al bueno de Manubrio, inmediatamente pondremos en marcha un plan de rescate. Tendremos que ser cautelosos, el peligro es grande, pero jamás dejaremos a uno de los nuestros pudrirse en ese piélago de moscas y alas de insecto. No sería una conducta Molar.

Minestrone, con la marca en los bigotes del Cola-Cao calentito que tan amablemente le había preparado la gentil Gamma Glo, confió a su amado Presidente la idea que le rondaba desde que dejó atrás a la Bestia Mulé:

- He estado dándole vueltas, y quizá con las fuerzas de las que disponemos (Lón, el Senador Dor, Mabuse y quizá alguna ayuda suplementaria) no sea suficiente para un asalto a Palacio.
- Lo sé, también yo lo he pensado, pero no tenemos tiempo para esperar al Jovencito Emponzoñado de Alcohol, a Similar Oficina o a Epaminondas de Gólgota. Todos están fuera. Aprendiendo y enseñando. En misión Molar.
- Estaba pensando en otra persona (o lo que sea), pero sólo tú, amado Presidente, nuestro buen Molibdeno, sabes hasta qué punto es posible. Y si realmente sería tan peligroso como siempre se ha dicho.
- Ah, ya veo por dónde vas, Minestrone, nuestro ardiente guerrero de intachable conducta fundada en la verdad y en la justicia. Diría que estás pensando en solicitar ayuda a Pintillo Pilono.
- Sé las cosas que de él se cuentan, y quizá sea una temeridad suponer que pueda luchar a nuestro lado, pero también sé que si alguien puede hacer de Pintillo nuestro aliado, ése es usted. Si es verdad lo que dicen, y si me permite recordárselo sin causarle enojo, hubo un tiempo en que fueron amigos. Y no de tertulia de café de achicoria, sino más bien de piscolabis a media tarde y tartas con velitas.
- Dejemos eso ahora. Meditaré mientras me depilo el cigomático. En cuanto decida algo, sea lo que sea, os informaré. Ve ahora con tus compañeros y descansa lo que puedas. Esto no ha hecho más que empezar.

---------------

Se envió un propio con recado a nombre de Pintillo Pilono. Luego otro porque el primero fue devorado. Por fin un tercero, que tuvo la suerte de conservar el cráneo y las dos piernas, trajo en la boca la respuesta.
Molibdeno, Minestrone y todos los demás quedaron perplejos. La respuesta no admitía dudas: Pintillo Pilono estaba de su lado y dispuesto a entregarse al combate contra la mórbida molicie palaciega. Quizá demasiado dispuesto.
Con la inquietante sensación de que aquel aliado podría convertirse en cualquier momento en una tormenta imprevisible y mortal, acabaron de leer su breve nota:

“…Por lo demás, tratándose de un hombre como Manubrio, prestar ayuda, con los medios de que disponga y pueda, será la más hermosa de las empresas.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Impresionante depilación de cigomático. Seguimos ávidos.

Anónimo dijo...

Confiemos en Pintillo Pilono

Anónimo dijo...

Hola Jaime.

Confiaremos en Pintillo.

Confiaremos en Pilono.

Con tiento. Contento.

Jaime, Jaime, Jaime,
Jaime, Jaime, Jaime,
Jaime, Jaime, Jaime.