lunes, mayo 29, 2006

De Trilce




XI

He encontrado a una niña
en la calle, y me ha abrazado.
Equis, disertada, quien la halló y la halle,
no la va a recordar.

Esta niña es mi prima. Hoy, al tocarle
el talle, mis manos han entrado en su edad
como en par de mal rebocados sepulcros.
Y por la misma desolación marchóse,
delta al sol tenebloso,
trina entre los dos.

«Me he casado»,
me dice. Cuando lo que hicimos de niños
en casa de la tía difunta.
Se ha casado.
Se ha casado.

Tardes años latitudinales,
qué verdaderas ganas nos ha dado
de jugar a los toros, a las yuntas,
pero todo de engaños, de candor, como fue.

César Vallejo
Trilce
1922

viernes, mayo 26, 2006

Los Capdeserp



Si te cruzas con los Capdeserp en el portal, el ascensor o la escalera, hay unas cuantas cosas que te vendrá bien tener en cuenta. Recuerda que el más mínimo error puede provocar su respuesta airada; y la ira de los Capdeserp sólo se aquieta descuartizando cráneos a dentelladas. Así, si quieres conservar tu linda cabecita, atiende, animal:
— Buenos días, ¿sabe usted si ha venido el marmolista a hacer presupuesto? — te preguntarán siempre que te vean.
— No lo sé, pero he visto a su hermano corriendo desnudito por el parque.
— ¿Al Registrador de la Propiedad o al Desdentado Mórbido?
— Creo más bien que se trataba de El Otro.
— ¡Oh, El Otro, El Otro! — y echándose las manos a la cabeza de sierpe biomagnética que Dios les dio, huirán despavoridos, desalados y descoyuntados hasta despaparecer.
Cualquier otra respuesta a su amable conversación hubiera acabado con un cráneo peludo entre sus fauces, pero tú, querido amiguito, has superado la prueba, así que, como recompensa, vamos a formar tu hueso innominado. Pondremos ilion, isquion y pubis en una caja, la envolveremos bien y se la daremos a una mujer bizca vestida de negro que no me acuerdo cómo se llama para que te dé un pespunte en la ijada y un besito con bigotes de pez en cada muslo.
Tranquilo, a El Otro le daremos su merecido con cuchillos cachicuernos.

miércoles, mayo 24, 2006

Epitafio de Rilke


Rose, oh reiner Widerspruch, Lust,
Niemandes Schlaf zu sein unter soviel
Lidern

Rosa, oh contradicción pura, placer
de no ser sueño de nadie bajo tantos
párpados.

(1875-1926)

(Mañana, pasado o al otro: la gran batalla entre Los Trenzano y los Capdeserp: sangre, sudor y carne de caballo).

martes, mayo 23, 2006

"Este Flaubert, este enorme Flaubert"


"LEYENDO A FLAUBERT
[...] Flaubert es una de mis viejas debilidades. Porque yo, que no pienso volver a leer ninguna novela de Zola, he leído hasta tres veces alguna de Balzac, repetiré acaso alguna de los Goncourt y he repetido las de Flaubert. Y es que Zola, como hace notar muy bien Flaubert, apenas se preocupó nunca del arte, de la belleza. La pretensión de hacer novela experimental y su cientificismo de quinta clase le perdían. Tenía una fe verdaderamente pueril en la ciencia de su tiempo, sin acabar de comprenderla. Pero este Flaubert, este enorme Flaubert, este puro artista, está henchido de entusiasmo por el arte y a la vez de escepticismo, de íntima desesperación.
[...] Y en 1880 escribía a su amiga Madame Roger des Genettes: "He pasado dos meses y medio absolutamente solo, como el oso de las cavernas, y, en suma, perfectamente bien; verdad es que no viendo a nadie no oía decir tonterías. La insoportabilidad de la tontería humana ha llegado a ser en mí una 'enfermedad', y aún me parece débil la palabra. Casi todos los humanos tienen el don de 'exasperarme' y no respiro libremente más que en el desierto." Lo comprendo, y aun diré más, aunque se me tome a petulancia: conozco esa enfermedad.
Ello es doloroso, muy doloroso, bien lo comprendo y acaso no es bueno; tiene una raíz de soberbia, de lo que se quiera, pero me ocurre lo que al pobre Flaubert: no puedo resistir la tontería humana, por muy envuelta en bondad que aparezca. Dios me perdone si ello es algo perverso, pero prefiero el hombre inteligente y malo al tonto y bueno. Si es que caben bondad, verdadera bondad, y tontería, verdadera tontería, juntas, y no es más bien que todo tonto es envidioso, necio y mezquino. Su tontería le impide acaso al tonto hacer mal, pero no desea bien.
Antes perdono una mala pasada que se me juegue, que una ramplonería o una sonora vulgaridad que se me diga como algo que merece la pena ser oído. La mediocridad y la rutina mentales me duelen hasta físicamente. Hay amigos a quienes he dejado de frecuentar por no oírles los mismos eternos y sobados lugares comunes, ya sean católicos o anarquistas, creyentes o incrédulos, optimistas o pesimistas. Y la vulgaridad más moderna, la de moda, me molesta más que la antigua, la tradicional. El lugar común de mañana me es más irritante que el de ayer, porque se da aires de novedad y de originalidad. Por eso la tontería anarquista me es más molesta que la tontería católica.
[...] Pero oíd este párrafo de una carta de 1861, a la misma señora: "[...] Los dioses no existían ya y Cristo no existía aún, y hubo, desde Cicerón a Marco Aurelio, un momento único, en que el hombre se encontraba solo. En ninguna parte halla esta grandeza, pero lo que hace a Lucrecio intolerable es su física, que da como positiva: ¡Es débil porque no ha dudado bastante; ha querido explicar, concluir!" ¿Veis al hombre? Yo no sólo lo veo, lo siento, y lo siento dentro de mí.
[...] ¿Cómo voy a salir de casa estos días? ¿A qué? ¿A ponerme malo de oír la tontería monárquica o la tontería republicana, la conservadora o la liberal, la carlista o la socialista? ¿Voy a salir a oir el consuelo del tonto creyente que nunca ha dudado, o del no menos tonto librepensador que tampoco duda? ¡No,no,no; mejor meterme en casa a fortificarme contra el destino, leyendo a los grandes desengañados y a los grandes engañadores, a los apóstoles de la desesperación y a los de la inmortal esperanza, a los que quieren dejar de ser y a los que quieren ser para siempre! Y que los "vivos", entre tanto, se burlen de los locos; ¡que siga el "macaneo" de los que se creen avisados!
¡Oh santa soledad!"

Miguel de Unamuno
Contra esto y aquello
1912 (revisado en 1928)
Austral. Espasa-Calpe. 1941.

lunes, mayo 22, 2006

Del Libro de Sigüenza



"[...] Mirando estaban Sigüenza y su amigo este retazo de vida submarina, cuando pasaron unos chicos que traían un perrito blanco, jovial, ganoso de bullicio y de fiestas, según brincaba para lamer las manos de los muchachos. Ellos se reían, acariciándole y untándole el hocico con el companage de sus meriendas, para verle torcer golosamente la roja lancilla de la lengua.
Siguënza estuvo contemplando aquel grupo, que participaba de la inocencia y de la buena alegría de la tarde. Olvidado de las palabras de la recovera, se afirmaba que la paz y la belleza del ambiente eran como un perfume que regalaba y purificaba todos los corazones, todas las criaturas del mundo.
Pero los rapaces, ya lejos, bajaron a las piedras; sus manos descogían, alargaban una soga; el perrito gañía lastimeramente.
Sigüenza y su amigo corrieron a ver su travesura.
Los mozos, tendidos en las rocas, miraban el fondo, que allí estaba somero, del todo transparente.
— ¿Qué hiciste del perro? ¿Se escapó de vosotros?
— ¡No, siñor; no, siñor; aún puede verlo!
Acercóse Sigüenza. El perrito se retorcía ahogándose con los ojos abiertos, mirando a sus amigos, que le habían atado el cuello y los brazuelos a una piedra muy gorda para que no se levantase. Y los ojos del animal tenían una angustia y una esperanza humanas. ¡Veía tan cerca las manos que había lamido; hacía tan poco que le habían agasajado!¡Hasta le dieron de merendar, como si fuera un chico pequeño de la misma escuela!¡Cómo habían de dejarle morir!¡Eso no era más que por divertirse asustándole!
Y sí que lo dejaron que se ahogase. Cuando Sigüenza se asomó, ya estaba resignada la víctima; había doblado la cabeza.
Y murió.
Sigüenza les injurió enfurecidamente. Y ellos, entre pesarosos y risueños, le dijeron con sencillez:
— ¡Si ha sido sin querer! Le queríamos mucho; pero estaba la mar tan quieta y clara, que, sin pensarlo, pues... ¡lo atamos, para ver cómo se ahogaba un perro y todo lo que hacía!...

Y se quedaron mirando la paz y hermosura de la tarde, que eran como un perfume que llegaba a todos los corazones.”

Gabriel Miró
Libro de Sigüenza
1917

jueves, mayo 18, 2006

Los Trenzano


Los Trenzano viven en una casa en ruinas en algún páramo interestelar entre Novetlé y el Colegio de La Bola. Aldo Trenzano (en el centro de la imagen) se dedica a apilar bombonas de butano a los pies de su prima Ilener Trenzano (a la derecha). Y ella, agradecida, reparte algo de gas entre su prima Mailer Trenzano (la de la izquierda) y unos señores con el ombligo peludo que le dan besitos en las nalgas a cambio de nada.
No es que sean, como el Sr. Nesquik o Troquelillo Pastenaga [Naga Naga], unas bellísimas personas, pero todos envidiamos la lozanía de sus rótulas y su esternón azul de Prusia. En el momento en que se tomó esta fotografía decidían si dedicarse a la endogamia o montar un ultramarinos. Como era de esperar, se decidieron por la carne de caballo.

miércoles, mayo 17, 2006

Ave Imperator, Molibdeno te saluda



Heliogábalo Vespasiano es hoy nuestro Emperador.
Mañana puede ser otro: Augusto, Tiberio, Claudio o Domiciano.
Él respondió con algo de Juan Ramón, y yo le doy algo de Dámaso, que sé que le gusta.

Además: éste es de los pocos que podría haber escrito de memoria.

Hay días con tiempo para más.
Hoy no.
Mañana: Dios dirá.

martes, mayo 16, 2006

Viejo amigo Bombojaco esplendoroso.


Mañana o tarde en Pantera.
Como dice la canción:
"Moneda en la rendija /
y en la boca: mi Chesterfield Light."
En la memoria: el Bombojaco esplende.

lunes, mayo 15, 2006

Este de Tristram podria haber sido el primero, pero es el cuarto


“CAPÍTULO SEIS

Al principio del capítulo anterior os informaba exactamente de cuándo nací; —pero no os explicaba cómo. No; ese particular merece capítulo aparte;—además, caballero, como vos y yo somos perfectos extraños el uno para el otro, no hubiera estado bien haceros conocer de golpe demasiadas cosas acerca de mi persona.—Debéis tener un poco de paciencia. Mi empresa consiste, ya lo veis, en escribir no sólo mi vida, sino también mis opiniones; espero y confío en que vuestro conocimiento de mi carácter, y de la clase de mortal que soy por una parte, os hará tener una mejor idea de lo demás: Conforme vayáis avanzando conmigo, el ligero contacto que se está tejiendo entre nosotros se convertirá en familiaridad; y ésta, a no ser que uno de los dos cometa alguna falta, desembocará en amistad.—O diem praeclarum!—y entonces nada que me concierna se juzgará superficial en sí o aburrido al ser narrado. Por lo tanto, mi querido amigo y compañero, si pensáis que he sido algo parco en mi narrativa del principio, —tened paciencia— y dejadme continuar a mi modo con mi historia:—y si de vez en cuando puede parecer que me pierdo en divagaciones,—o que me pongo un gorro de loco con su cascabel y todo,—no huyáis de mí,—pero confiad cortésmente en que mi sabiduría es un poco mayor de lo que parece a primera vista; y conforme vayamos avanzando, reíros conmigo, o reíros de mí, o haced lo que os parezca—pero por favor, no os alteréis.”

Laurence Sterne
Vida y opiniones de Tristram Shandy, caballero.
1759 - 1767
(trad. de Ana María Aznar. Planeta. 1984)

domingo, mayo 14, 2006

Jabberwocky


- Vengo a ver a Jabberwocky, el Maestro Loco.
- Espera un momento, bonico, que voy a ver si puede atenderte.
- Muchas gracias, señora. Mientras tanto, si no es molestia, me voy acariciando el muslo derecho.
- Excelente idea, rey, y si se te reblandece el tegumento de las pantorrillas, puedes sentarte encima de un gato o de uno de esos hombres de mediana edad semidesnudos.

La señora de culo de mandril se aleja por el pasillo, el visitante se sienta encima de un señor calvo con mixomatosis y en un pueblecito de la Costa Brava un tuerto le guiña el ojo a una mujer que no es la suya.

viernes, mayo 12, 2006

Epaminondas


Epaminondas de Gólgota compró una barra de pan en el horno de Madame Carrefour Bigote. La partió en dos mitades iguales y con una de ellas se preparó un bocadillo de aceite y sal. Añadió una tableta de La Campana de Elgorriaga, un quesito de La Vaca que Ríe y una esquirla del coxis de un magnífico ejemplar de sodomita mórbido. Se lo comió. Se fue a dormir. Soñó que unos monstruos devoraban los pies de su cama.

jueves, mayo 11, 2006

Molibdeno Molar tiene un blog


El Presidente del Partido Molar tiene un blog.
El Partido tiene un blog.
Un blog.
Nano.
Tío.
Colega.