
101.Leemos de un clérigo que era tiest herido,
ennos vicios seglares feramient embevido;
peroqe era locco, avié un buen sentido,
amaba la Gloriosa de corazón complido.
102.Commo quiere que era en ál mal costumnado,
en saludar a ella era bien acordado;
nin irié a eglesia nin a ningún mandado
qe el su nomne ante non fuesse aclamado.
103.Dezir no lo sabría sobre quál ocasión,
ca nos non lo sabemos si lo buscó o non,
diéronli enemigos salto a est varón,
ovieron a matarlo: ¡Domne Dios lo perdón!
104.Los omnes de la villa e los sus companneros,
esto commo cuntiera com non eran certeros,
de fuera de la villa entre unos riberos,
allá lo soterraron, non entre los dezmeros.
[…]
111.El dicho de la duenna fue luego recabdado,
abrieron el sepulcro apriesa e privado,
vidieron un miraclo non simple, ca doblado,
el uno e el otro fue luego bien notado.
112.Issiéli por boca una fermosa flor
de muy grand fermosura, de muy fresca color;
inchié toda la plaza de sabrosa olor,
que non sentién del cuerpo un punto de pudor.
113.Trobáronli la lengua tan fresca e tan sana
qual pareze de dentro la fermosa mazana;
no la tenié mas fresca a la meredïana
quando sedié fablando en media la quintana.
114.Vidieron que viniera esto por la Gloriosa,
ca otri non podrié fazer tamanna cosa;
transladaron el cuerpo, cantando “Specïosa”,
aprés de la eglesia en tumba más preciosa.
115.Todo omne del mundo fará grand cortesia
que fiziere servicio a la Virgo María;
mientre qe fuere vivo verá plazentería,
e salvará el alma al postremero día.
Milagros de Nuestra SeñoraGonzalo de Berceo
(Ed. de Vicente Beltrán)
Planeta, 1983.