lunes, octubre 23, 2006

Agente de grandes acciones; orador de grandes palabras


"La grandeza del homérico Aquiles sólo puede entenderse si lo vemos como "el agente de grandes acciones y el orador de grandes palabras". A diferencia del concepto moderno, tales palabras no se consideraban grandes porque expresaran elevados pensamientos; por el contrario, como sabemos por las últimas líneas de Antígona, puede que la aptitud para las "grandes palabras" (megaloi logoi), con las que replicar a los golpes, enseñe finalmente a pensar en la vejez. El pensamiento era secundario al discurso, pero discurso y acción se consideraban coexistentes e iguales, del mismo rango y de la misma clase, lo que originalmente significó no sólo que la mayor parte de la acción política, hasta donde permamece al margen de la violencia, es realizada con palabras, sino algo más fundamental, o sea, que encontrar las palabras oportunas en el momento oportuno es acción, dejando aparte la información o comunicación que lleven. Sólo la pura violencia es muda, razón por la que nunca puede ser grande. Incluso cuando, relativamente tarde en la antigüedad, las artes de la guerra y de la retórica emergieron como los dos principales temas políticos de educación, su desarrollo siguió inspirado por la tradición y por esa anterior experiencia pre-polis, y a ella siguió sujeta."

Hannah Arendt
La condición humana
1958
Paidós, 2005 (Trad. de Ramón Gil Novales)

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